El tiempo de descanso es tan fundamental como el de estudio. De igual forma que aprendemos a planificar nuestra forma de estudiar debemos saber qué hacemos exactamente cuando descansamos, ya que la calidad del mismo influirá en la eficiencia del estudio posterior.
Incluso si somos de estudiar diariamente un poco y no necesitar descanso, hay que estar preparados para los momentos que exijan más dedicación y esto incluye saber de antemano administrar correctamente los descansos.
Primero debemos tener claro que la relación de estudiar más con descansar más no tiene ningún sentido. La curva de aprendizaje es mucho menos pronunciada que la del agotamiento cuantas más horas estemos estudiando, y al hacer el descanso nos ajustaremos justamente a la segunda, teniendo un balance de estudio mucho menor.
Esto se traduce en que si estudiamos, por ejemplo, cinco horas seguidas y decidimos que ya por hoy no estudiaremos más estaremos perdiendo tiempo de estudio real, ya que por una parte nuestra calidad de estudio habrá decrecido a medida que avanzaban las horas y el descanso es completamente desproporcionado, donde directamente no estudiamos nada.
No quiere decir que sea mejor estudiar con muchos descansos, simplemente que debemos ver cómo funcionamos y cómo estamos estudiando de forma realista.
Por otra parte debemos entender qué significa exactamente hacer un descanso. Este punto es muy personal, igual que hay personas que descansan tomando un café hay otras que aprovechan para fumar alargando un poco más ese rato.
La clave es ver hasta qué punto nos es útil lo que hacemos para recuperar fuerzas. Ese mismo café puede ponernos más nerviosos, o si nuestra opción es sentarnos a hablar al volver a la silla de estudio notaremos que estamos de igual forma agarrotados. Lo mejor es buscar algo que nos relaje tanto física como mentalmente, haciendo que desconectemos completamente de la actividad de estudiar. Charlar unos minutos con alguien mientras se da una
vuelta, jugar con la mascota o cualquier conducta que haga que nos olvidemos esos minutos de estudiar nos ayudará.
Un último punto es el del tiempo que dedicamos a descansar. No debe ser necesariamente pequeño, lo fundamental es que nos permita al retomar el estudio volver llenos de energía. Si con descansos de una hora completa nuestra siguiente hora de estudio es perfecta ese es el tiempo que debemos dedicarle, independientemente de lo que veamos en los demás.