Estructura del Ensayo
Introducción:
Antecedentes del tema que se va a argumentar, redactado de forma sencilla y que permita al nuestro interlocutor hacerse una idea global de nuestro texto donde incluiremos el objetivo y la hipótesis.
En esta parte declaramos el tema del ensayo incluyendo los asuntos más relevantes como el lugar y tiempo o las circunstancias más relevantes.
Cuerpo y desarrollo:
Idea nuclear de nuestro texto, para expresar mejor su contenido podemos apoyarnos de documentos de ayuda como pueden ser materiales gráficos, ejemplos, métodos empleados y demás.
La Argumentación:
En este punto, se presenta los criterios subjetivos y valorativos en los que apoyas tu argumentación o tesis. Puedes desarrollar los argumentos bajo subtemas de forma parecida como un esquema por niveles. Para darlos más relevancia puedes apoyarlos en citas de autor, imágenes o ejemplos.
El sumario o resumen:
En él, el autor aporta un texto en el cual se describe brevemente la forma en la que se desarrolla el trabajo y cómo se subdivide. En este apartado no se añaden valoraciones subjetivas, debe ser concreto y conciso.
La Conclusión:
Consiste en escribir al final un resumen breve dónde haremos resaltar los puntos más importantes de nuestros argumentos y también las consecuencias de este razonamiento.
Partes del ensayo:
Hipótesis:
Es un método científico, basado en la suposición sobre algo que se puede o no comprobar para determinar al final, una consecuencia.
Glosario:
Conjunto de definiciones del texto con mayor dificultad de entender o tecnicismos acompañados de su significado para procurar a nuestro lector una compresión más fácil y cómoda posible.
Argumento:
Necesario para expresar nuestro razonamiento, probarlo o demostrarlo.
Conclusión:
A la que llegamos al final de pensar sobre algo, después de leer los argumentos y el ensayo.
Comentario:
Opinión personal sobre un asunto particular.
Tema:
Cosas sobre las que hablamos, escribirnos, conversamos…